domingo, 8 de noviembre de 2015

Reflexiones Invernales III

Ante aquello que ayer solían ser pesares, coloquios y tradición miserable hoy diremos: “¡Somos hijos de la tierra!” Descender de los estratos más bajos de la sociedad, trabajo y pobreza, ¡que no es vergüenza ni desgracia sino orgullo! Y sólo el hijo de la estirpe de agricultores, ganaderos y pescadores es hijo del mar y de la tierra. Podéis negaros a reconocer quienes sois, incluso inventároslo u olvidarlo, mas no acalléis vuestras vidas ante pantallas electrónicas, con baterías de leucemia y chips de sangre. En España si el apellido del padre era García, ahora es Apple o Coltán. Pero ya está bien de verborrea de activista escolar y pongamos una bomba en la conciencia.

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