miércoles, 11 de septiembre de 2013

Volubilidad del cerebro y de las ideas.

Es terrible comprobar como millones de personas viven aborregadas, sometidas sin saberlo impasibles, como espectadores fríos e impotentes de los acontecimientos del mundo que les ha tocado vivir. Aunque no me guste, me considero uno más de ellos, creo que todos sabemos lo que ocurre, pero por los motivos más ignorantes o bien por los más despreciables, miramos a otro lado o negamos todo el horror que tiene lugar a nuestras espaldas y del cual, en el fondo, somos cómplices. Todos son egoístas que más da.
Siento que estamos atrapados en un individualismo que nos distancia y aísla a los unos de los otros, yo soy mi mejor ejemplo, durante demasiado tiempo pensé que estaba solo, que no había nadie que, como yo, sintiese que este mundo está muy lejos de estar bien. La causa era la maldita ignorancia y el cerramiento en mí mismo. Y ahora, puedo ver como millones de mentes siguen sometidas al yugo de la ignorancia, pero lo peor, es haber perdido la capacidad crítica del pensamiento, el moverse por algo en pos de un bien común, masa inerte de personas...

Yo mismo puedo sentir como mis pensamientos se orientan en una dirección u otra en función de lo que veo. Pero el riesgo de ser engañado y manipulado es demasiado grande, en respuesta a esta adversidad: escepticismo crítico con todo para evitar la volubilidad de las ideas propias a voluntad de terceras personas.

Sincera y reflexivamente, Carles Vera.

A mi libreta.

Con la clarividencia de saber que mi forma de ver el mundo irá cambiando junto a mi manera de pensar,es casi una obligación para conmigo mismo, dejar constancia de los sentimientos y pensamientos que se van precipitando en el pasado y podrían verse condenados a desaparecer en la nada del olvido. Así pues, cada texto que escribo, es una parte fundamental de la red de "trampa luminosa" en la que ha de caer mi cerebro dentro de un tiempo, cuando vuelva a leer todo ésto. Por fin una reminiscencia del yo, una resurrección de una parte de mi que fue sepultada por el peso de los acontecimientos, llevándome al autoengaño, ya que creería que sigo siendo yo aun habiendo cambiado (obviamente uno no deja de ser uno mismo por mucho que cambie) , pero si no sé con la suficiente certeza qué tenía en la cabeza con 15 o 16 años, puedo decir que mis experiencias anteriores sólo dejaron mella en mi subconsciente y consecuentemente en mi conducta, dejando de esa parte de mi solo una historia sin datos oficiales, bajo el yugo de las nuevas opiniones y atrapada en una falsa ataraxia. No estoy dispuesto a olvidarme. Por tanto, mi conclusión es: nunca dejes de escribir.

Aforismo 1. Fue su interpretación del magnífico ser humano.

   
Alegorías hieráticas y taciturnas sesgadas por su contumacia. Huera potestad. Efímera prez.

viernes, 30 de agosto de 2013

Llámalo memorias, ponle el nombre que quieras. A veces el final de un viaje es agridulce, pasa rápido aunque, de hecho, dos semanas es poco tiempo. Dos semanas y un abrazo sincero de despedida; en realidad tres, hacen llegar a mi memoria lo que es la amistad. Sin duda he aprendido mucho de la montañas, de las rocas, de los pájaros (golondrinas), y demás animales de todos los tamaños de las personas, todas ellas me han dado fuerza y vida, a pesar de mi juventud, que debiera bastar. Salgo en tren desde la estación de Soneja, y me despido de Azuébar. Digo de nuevo adiós a mi infancia, a un pasado que cada vez aprendo a valorar mejor, un pasado no tan malo, mucho mejor.

jueves, 29 de agosto de 2013

Tantos fueron los sueños que consistieron en traspasar los horizontes, aventuras legendarias a través de la "inmensa puerta que el cielo forma sobre la tierra" citando a Kafka, hacia lo desconocido. Algunos de esos sueños se cumplieron, otros fracasaron. Y aunque los rincones de esta tierra se conocen sólo en la superficie, mi aventura se adentra en lo profundo del pensar, y me llevará lejos de mi tierra. Por tantos sueños impensables, que fueron defendidos hasta el último hálito. El mío es uno de ellos.